domingo, 24 de noviembre de 2013

Leyendas Palentinas

  
 
EL PELLEJO DE ORO

Los ejércitos cristianos avanzan imparables en la Reconquista. Los musulmanes se van batiendo en retirada. En el momento que nos ocupa, un grupo de sarracenos retrocede por la Valdavia. Pasan cerca de Ayuela y se ven apurados en la retirada. No quieren dejar en manos de los cristianos las muchas joyas y oro que llevan en su huida.

Deciden, entonces, esconderlas. Como llevan un gran pellejo lleno de vino, se beben todo su contenido y meten allí las joyas. Después hacen una fosa en forma de media luna y allí depositan su tesoro. Es un lugar en el pequeño valle que asciende por la Rejada a la Manguilla. Están pendientes de la ayuda de otro grupo de moros al que esperan y de poder recuperar más tarde el pellejo, ahora repleto de riquezas y enterrado.

Al atacar los cristianos, se produce tan gran derrota que el lugar pasa a llamarse Matamoros por la sangre allí derramada. El descalabro de los moros ha sido total.

Los prisioneros cristianos liberados cuentan lo sucedido y algunos moriscos o conversos lo ratifican. Todos los moros han muerto y el tesoro ha quedado oculto.

Basados en esta leyenda, muchos han intentado, infructuosamente, hacer excavaciones y desenterrar el becerro que contiene el oro y las joyas escondidos. Se cuenta especialmente de un vecino de Tabanera que, totalmente obsesionado, dedicó gran parte de su vida a buscarlo. Él estaba convencido plenamente de su existencia, pero después de hacer muchos intentos moriría sin encontrarlo.

Hay incluso quien afirma que las cárcavas existentes en la zona, son en su origen excavaciones hechas antiguamente en busca de este tesoro y que el agua y las torrenteras han agrandado con el correr de los años.

Leyendas que, en el fondo, no intentan mas que explicar el origen de las formas del terreno o el significado de algunas palabras. En todo caso, leyendas de tesoros enterrados o escondidos en cuevas, hemos encontrado también en Fontecha y Lores. Y allí también se han dedicado grandes esfuerzos a buscarlos. Porque el encontrar un tesoro escondido es la ilusión de mucha gente.

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