martes, 25 de febrero de 2014

Y los dioses antiguos hablaron, hablaron en la sangre, en el sudor de gesta, en esas gargantas que se secaban, en esos ojos traidores que permanecían abiertos en la muerte hallada. Y ellos hablaron, hablaron en el acero frío de la espada, la única que jamás miente ni elude sentar voluntad. Y hablaron los dioses antiguos ¿Aun no los has escuchado?

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