lunes, 3 de febrero de 2014

Februarius (Febrero)





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  Febrero -en latín, Februarius- es el segundo mes del calendario augusteo y el último del calendario arcaico romano, que empezaba el primero de marzo –mes dedicado a Marte- coincidiendo con el inicio de la estación guerrera. Por eso Febrero para los romanos era el mes de las purificaciones, de las lustraciones que cada cinco años coincidían con las lustrales (de ahí viene nuestro “lustro”), donde se limpiaba todo para comenzar el nuevo año con buenas vibraciones (Servio, Geórgicas, I, 43).
  Numa Pompilio –el gran legislador y avatar romano- estableció que febrero se consagrase a Februus (Macrobio, Saturnalia. I 13 I),  asimilado a Hades o Plutón por celebrarse en ese mes las Parentalia, en las que se rendía culto a los dii parentes o dii parentum (almas de los antepasados). Por ello se consideró el mes de los muertos -semejante a nuestro noviembre- en el que los dioses Manes o espíritus de los antepasados, eran honrados como símbolo de la pacificación de las sombras de la propia sangre y homenaje al pasado.
   Con febrero terminaba el año antiguo, así como el invierno y todo debía prepararse para el advenimiento del nuevo ciclo, por ello era necesario limpiar las escorias acumuladas en la psique y en el cuerpo durante todo un año.
   Roma era maestra en armonizar lo visible y lo invisible: tres mundos –el Superior, el Medio y el Inferior-  unidos por una única ley de armonía que debe animar cada acto. Como buen pragmatista, el romano no se olvidaba nunca de que el influjo de los ritmos cósmicos repercute en el universo tangible, dado que la realidad es una y no lo es menos por el hecho de que los hombres hayan decidido ignorarla.
    Las kalendas –o primer día- de febrero estaba consagrado a Juno Sospita, diosa originaria de Lanuvium que preside los nacimientos como Juno Lucina; de ahí la elección de la inauguración del mes como festividad.
   En el Idus –a mediados del mes, en este caso el día 13- de febrero tenía lugar el comienzo de la Parentalia con el acto a cargo de las vestales denominado Virgo Vestalis Parentat, durante el cual estas especiales sacerdotisas aparecían en público para realizar un ritual apotropáico con ofrendas de sal, vino, pan y cebada. Durante los nueve días que duraba la Parentalia los magistrados no podían portar insignias, los templos estaban cerrados, el fuego no ardía sobre los altares y no se celebraban matrimonios. Solo el último día –la Feralia- era fiesta pública. Durante la Parentalia cada familia se ocupaba de sus propios muertos y esta lustración y celebración se traslada a lo público, teniendo en cuenta que en las kalendas de marzo se renovaba el Fuego de Vesta y todos los fuegos votivos o sagrados, incluidos los de los Lares de cada familia.
   El mes terminaba con una celebración denominada Equirria en honor de Marte, durante la que tenían lugar solemnes carreras de caballos como preparación en la víspera del Día del Fuego Nuevo, el día uno de marzo (Ovisio, Fastos. II 49/52).
Mº Luisa Ottomano
BIBLIOGRAFÍA
-ALVAR EZQUERRA, Jaime 2000: Diccionario de símbolos: 332. Ed.Espasa. Madrid
-DAREMBERG, Charles Victor y Edmond SAGLIO 1919: Dictionnaire des Antiquités grecques et romaines: s. v. Februus.
-DUMÉZIL, George 1974: La religion romaine archäique. Payot ed. París.
-EVOLA, Julius 1977: La tradizione di Roma. Edizioni di Art. Padova.
-GUENÓN, René 1976: Simboli della scienza sacra. Adelphi. Milano.

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